El mundo se sigue recuperando económica y laboralmente a raíz de la Covid 19. No obstante, la
salud mental se tornó en una realidad compleja, representando uno de los mayores desafíos de
la salud pública a nivel mundial. Como consecuencia, a parte del que podría llamarse el quinto
pico de la Covid, hoy vivimos un aumento en los casos de suicidios y un colapso en nuestro
sistema de atención a la salud, especialmente la mental.
Según, el diario el Colombiano, el 2021 marcó un pico en los suicidios de los últimos diez años
en Colombia, donde se registraron 2.350 víctimas, por cada diez homicidios, ocurrieron dos
suicidios. Ojo el rango de edad en el que se presentaron más casos fue entre los 20 y 24 años,
donde hubo 355 personas fallecidas (272 hombres y 63 mujeres).
Lamentablemente Antioquia fue el departamento donde este fenómeno fue más frecuente con
365 casos, seguido por Bogotá con 311 y Valle con 193. Los municipios en el departamento con
más casos fueron Medellín con 172 suicidios, Bello con 30, Itagüí con 13, Andes y Rionegro con
11.
Es preciso señalar, que antes de la pandemia, el tema de la salud mental no estaba en el foco
de la atención de la sociedad y de las instituciones. Como consecuencia, durante el pico de la
crisis de la pandemia y posterior a esta, a pesar de contar con una política pública de Salud
Pública enfocada en la salud mental a nivel nacional y departamental, no se tuvo el impacto
esperado, cobrando miles de vidas.
Si bien la Gobernación de Antioquia, cuenta con política pública para la atención de la salud
mental, además del programa Salud para el Alma, creado por la Secretaría Seccional de Salud y
Protección Social de Antioquia, la cual busca construir factores protectores frente a la salud
mental. Aún hace falta aunar esfuerzos institucionales públicos y privados para atacar
radicalmente los suicidios en nuestro departamento, a causa de los problemas en salud mental
que hoy agobian a las familias antioqueñas, especialmente a nuestros jóvenes.
Un hecho que prende aún más las alarmas, fue que el pasado 5 de julio de 2022, el Hospital
Mental de Antioquia se declaró en estado de emergencia, ya que sobrepaso el 100% de
ocupación. Los pacientes llegan con cuadros de depresión, ansiedad y descompensación en
distintos tipos.
Como departamento, no podemos permitir que los intentos de suicidios y los suicidios sigan
aumentando. Es necesario, que al menos, la política pública cuente con los recursos suficientes
para que funcione permanente y eficientemente en todo el territorio. De igual forma,
garantizar que cada uno de nuestros 125 municipios cuenten con la oferta institucional básica
necesaria, para que así, quienes sufren de problemas de salud mental, encuentren una solución
pronta y cercana a sus hogares, lo cual conlleva, a que la atención sea priorizada y con
resultados positivos. De esta manera, evitamos que las personas se tengan que desplazar al
colapso en la atención que hoy padece Medellín y/o área metropolitana.
Así mismo, es fundamental que nuestro departamento no solo dependa de la información
otorgada por el Gobierno Nacional a raíz de las conductas suicidas, sino que también, tengamos
la capacidad de caracterizar aquellas poblaciones que están más propensas a sufrir
enfermedades mentales, de este modo, realizar una efectiva mitigación y prevención de los
problemas de salud mental.
Constantemente, se habla de mejorar la calidad de vida de los ciudadanos mediante el acceso a
educación, vivienda, empleo, seguridad, infraestructura y salud. No obstante, no podemos
olvidar que el eje central para que exista un desarrollo social y económico integral, es a través
del fortalecimiento de la salud mental de nuestra gente.
¡La Salud mental debe dejar de ser un tabú, es una problemática que cada día crece y que
merece ser encarada y resuelta!
Luis Gabriel Gómez
Diputado de Antioquia
