Será difícil recuperarnos después de la COVID -19, pues ya no tendremos la normalidad a la que estábamos acostumbrados, sino, una nueva forma de vivir la vida. En algunos países este proceso será más rápido que en otros, pues todo depende del desarrollo económico, social y cultural de cada territorio.

Lo que sí está claro, es que hoy por hoy, hay una carrera para encontrar la solución, un reto para las farmacéuticas y gobiernos que han puesto en marcha más de 27 vacunas tentativas, algunas ya en periodo de prueba en humanos.

No obstante, la prioridad es no bajar la guardia en el cumplimiento de los protocolos de bioseguridad, porque siendo realistas, aunque estén trabajando arduamente en encontrar un freno para el virus, la fecha de una pronta vacuna es aún incierta.

Todos conocemos la carrera contrarreloj que se guía por una sola meta: encontrar un antídoto que sea capaz de contener al virus que nos tiene desconcertados y en una cuarentena que ya supera los 4 meses.

¿Por qué una carrera entre farmacéuticas y gobiernos? Cada uno compite por ser el primero en encontrar la solución definitiva para esta problemática mundial, y aunque en varias partes del mundo se empiezan a dar fechas tentativas, como a finales de este año o en el 2021, la cura sigue siendo incierta.

En una nota que publicó el medio France 24, en sus investigaciones con respecto a este tema, manifestó: “Desde enero empezó esta carrera, cuando se descifró el genoma del virus SARS-CoV-2, y ahora hay 27 vacunas siendo probadas: 15 en la fase I (probadas en grupos reducidos), 9 en la fase II (probadas en cientos de personas por grupos de edades), tres en fase III (probadas en miles de personas) y una aprobada para uso limitado”.

Por otra parte, en el panorama local, la Universidad de Antioquia viene trabajando con investigaciones donde han logrado aislar el virus SARS-CoV-2, el patógeno que causa el virus, con el fin de conocer a fondo los causantes. El trabajo que se viene realizando desde nuestro departamento, las universidades y centros de investigación del mundo nos acercan cada vez más a una posible cura.

María Teresa Rugeles, coordinadora y líder de este grupo de investigación en la U de A, informó que “ya se podrían iniciar los ensayos clínicos para evaluar un tratamiento mediante el uso de plasma de pacientes convalecientes, alternativa terapéutica en desarrollo en varios países”. Este avance alcanzado en la capital antioqueña, permite visualizar la sensibilidad del virus a los diferentes fármacos y desinfectantes que estamos usando para combatirlo, y si bien puede que no se llegue a desarrollar la vacuna en la Alma Máter, este análisis sirve como base para que otros grupos de investigación avancen en su desarrollo.

Posterior a este descubrimiento, empresas del sector público y privado han solicitado a la Universidad, analizar la capacidad antiviral de aproximadamente 80 productos comerciales, desarrollados con el propósito de contribuir en la lucha contra la pandemia. Uno de los productos analizados, el cual fue desarrollado por una empresa antioqueña, obtuvo la semana pasada el certificado de efectividad antiviral.

Con respecto a la vacuna, los países que llevan la bandera de este proceso de investigación son: EEUU, China, Japón, la India y varios países europeos, convirtiendo este estudio en otro desafío para la ciencia, la tecnología y la producción, porque debemos crear tiempo récord la cura y la forma de distribución en masa, para brindar acceso equitativo para ricos y pobres.

¿Podrá Colombia ser uno de esos países que logre obtener las vacunas suficientes? ¿Podremos cubrir los gastos que esta requiera? son dudas que seguramente muchos compartimos. Aún no hay claridad sobre el valor del antídoto, sin embargo, aquí será importante la cooperación y la solidaridad entre países.

A la fecha tenemos alrededor del 47% de las camas UCI ocupadas en nuestro departamento, cifra que ha venido aumentando en el último mes frente a lo cual y mientras llega la anhelada vacuna, la recomendación es continuar con el autocuidado; ahora más que nunca debemos permanecer en casa, siempre y cuando, nuestro trabajo no requiera de presencia física, portar el tapabocas, conservar la distancia al interactuar con otras personas, y el lavado constante de manos son indispensables para mitigar de manera efectiva la posibilidad de contagio, y de esta manera, tener la esperanza de volver a compartir, abrazarnos y continuar nuestro camino por la vida alrededor de nuestras familias, amigos y compañeros.

Luis Gabriel Gómez
Diputado